martes, 7 de marzo de 2017

-III-Villanueva del Arzobispo, las Cuatro Villas, el Adelantamiento de Cazorla y el Reino de Jaén

III.- EL SILENCIO DE LOS TIEMPOS PRIMITIVOS.
        

Utilizando las semillas de inquietud que puso en mí la lectura del artículo de   Don Antonio Ferreiro en el programa de las fiesta de Villanueva del año 1944, yo también me pregunto: ¿Y el silencio de los siglos primitivos?.....

Mapa realizado por Gregorio Forst en el año 1653.
Se delimita el Adelantamiento de Cazorla y
las poblaciones más importantes
Para mí, los siglos primitivos rompen su silencio y nos hablan cantando a voces  desde los más intrincados parajes, desde nuestras sierras, nuestros olivares, nuestro monte sagrado Iznatorafe, desde nuestra Fuensanta o desde cada curva de la carretera del Tranco, reclamando un lugar en la historia, porque esta tierra, definida por la diversidad de sus parajes, y frontera secular de pueblos y razas ha configurado su singularidad a lo largo de siglos plagados de vicisitudes y esfuerzos en el día a día, transmitiendo experiencias de padres a hijos hasta llegar a la realidad de hoy que , a su vez hará inexorablemente lo mismo en beneficio de las generaciones futuras.
Ampliación del mapa de Gregorio Forst donde se resaltan en
amarillo las poblaciones de las cuatro Villas, Santo Tomé
 y Chincoya. (En rojo se marca el límite del Adelantamiento)


Como es natural, los primitivos pobladores de estas tierras se adaptarían a ellas en orden a las necesidades básicas de supervivencia, constantes universales de la vida y que rigen por igual en cualquier parte del mundo: comida, seguridad y reproducción.

Adentrarse en el pasado es como andar un camino lleno de obstáculos que cada vez se hacen más intrincados llegando a convertirse en un túnel de muy poca visibilidad, sobre todo cuando ese camino pasa por lugares o grupos humanos que no vivieron hechos excepcionales ni fueron sede de tomas de decisión trascendentales ni escenario de famosas batallas ni están situados en cruces de caminos de la historia.

Es un hecho histórico que las Cuatro Villas, o mejor dicho, las tierras sobre las que después se asentarían nuestros pueblos, siempre han sido zona fronteriza. Ya la geomorfología de estos parajes marcan la transición entre la montaña y al Loma, el mismo color de las tierras cambia y se alterna entre el blanco arcilloso y el rojo pálido y hasta los olivos se  mezclan con los pinos que les van cediendo poco a poco su terreno.

Tal es el caso de Iznatoraf, Sorihuela, Villacarrillo, Villanueva que, además siempre ha sido lugar fronterizo: Frontera entre los pueblos ibéricos Bastetanos y Oretanos, frontera entre la Hispania Ulterior y la Citerior, frontera para Julio Cesar que, refiriéndose al monte de Anistorgis (Iznatoraf), distinguía esta zona como la que separaba  las tierras fértiles de  las estériles, frontera entre las Coras de Yayyán (o Al-Buxarrat)  y la de Tudmir (Jaén y Murcia posteriormente),  frontera en el adelantamiento de Cazorla y siempre  anclada en el límite que nos impuso la orografía, frontera entre las tierras rojas y las blancas, frontera, siempre frontera…..

Nuestro pasado, el pasado de las cuatro Villas no comienza cuando la Moraleja y la torre de Mingo Priego eran núcleos de población pertenecientes a Iznatoraf, ni cuando en 1396 el rey Enrique III, a petición de Don Pedro Tenorio, Arzobispo de Toledo,  concede a la Moraleja el título de Villa en contra de los intereses de Iznatoraf, o cuando en 1449 ocurre lo mismo con Mingo Priego por la intercesión del Arzobispo Don Alfonso Carrillo de Acuña,  ni cuando en 1573 el Rey Felipe II concedió a Villanueva la jurisdicción sobre lo criminal, ni cuando en 1595 el mismo Rey concede a Sorihuela la independencia de Iznatoraf, ni cuando en 1920 el Rey Alfonso XIII concedió a Villanueva el título de Ciudad.....

Nuestro pasado, el pasado de las cuatro Villas  se remonta muchos años atrás, durante los cuales, nuestros antepasados se fueron modificando y adoptándose a  las innovaciones ambientales y sociales  que correspondían a los largos periodos de familias viviendo en ambientes pacíficos y tranquilos y a los casi igual de largos periodos de zozobra, angustia e intranquilidad en una lucha permanente por la supervivencia ante los ataques y vejaciones a los que, a buen seguro, tenían que enfrentarse nuestros antepasados, siempre indefensos ante los poderes organizados, de  las sucesivas invasiones de cartagineses, romanos, visigodos, musulmanes y castellanos, hasta que llega a constituirse en 1231 el Adelantamiento de Cazorla, pasando las cuatro Villas, algunos años más tarde, a raíz de la toma de Iznatoraf en 1235, a integrarse plenamente en él,  y unos años más tarde, en 1246 al Reino de Jaén, aunque eclesiásticamente formábamos parte del Arzobispado de Toledo.

En los siguiente mapas se hace una breve recopilación del carácter fronterizo de nuestras tierras, que se representan en un circulo rojo (todo es aproximado)















Error: no es 1ª sino 2ª guerra Púnica



























1 comentario:

  1. Juan José Frías7 de marzo de 2017, 20:25

    Sobresaliente trabajo, enhorabuena de parte de un pavo!!! Esta situación histórica de frontera, ha hecho que nos adaptemos muy bien a cualquier situación y seamos tan flexibles, comprensivos y tolerantes, acomodándonos a cada situación, repito enhorabuena!!!

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