jueves, 2 de marzo de 2017

-I-Villanueva del Arzobispo, las Cuatro Villas, el Adelantamiento de Cazorla y el Reino de Jaén


I.- La cuestión fundamental

Un día, hojeando mis recuerdos de Villanueva encontré en el programa de fiestas  del año 1944, un artículo titulado “Apuntes para una Historia de Villanueva” firmado por Don Antonio Ferreiro, Villanovense Magistral de la Catedral de Jaén en aquel año.
Después de leerlo y releerlo comencé a sentir la  necesidad  de profundizar en el pasado del pueblo donde nací, utilizando para ello las semillas de inquietud que puso en mí esa lectura, que termina con una llamada de  Don Antonio : ¿Y el silencio de los siglos primitivos?.....

La Tradición, el boca a boca  ha sido, durante siglos, el medio de comunicación por excelencia, pero en la actualidad y ante la arrolladora máquina de los poderosos medios técnicos, la necesidad de inmediatez y la noticia “a toda costa”, esa tradición y ese “boca a boca” se ha devaluado, hasta tal punto, que todo aquello que no esté escrito y documentado es poco menos que despreciable, pasando, como mucho, al terreno de las conjeturas y de las  charlas anecdóticas, cuando no a la burla irónica.

Primera hoja del artículo publicado por
Don Antonio Ferreiro en el programa de
 fiestas de Villanueva del Arzobispo
en el  año 1944
Pero no por ello hemos de renunciar a una reconstrucción de la historia, porque los hechos ocurridos en nuestro pasado y que configuran nuestro presente, pueden y deben de ser conocidos para la cimentación de nuestro futuro. La lógica, apoyada en el conocimiento de algunos hechos concretos ocurridos en otros tiempos, puede ser herramienta fundamental para llegar a formular hipótesis capaces de sustentar líneas de investigación que nos conduzcan al conocimiento de la verdad de lo que sucedió y sobre todo porque sucedieron las cosas de una forma y no de otra, o simplemente llegar a la conclusión razonada de que la hipótesis es incorrecta.

Los hombres, la raza humana, mejor, ha tenido las mismas necesidades desde siempre, la supervivencia personal, la reproducción y el celo por defender a sus familias, la seguridad ante enemigos reales y posibles, la ambición, la bondad y la maldad, el miedo a la incertidumbre , el miedo a la muerte....






Plaza de Santa Ana - años 50
Me estoy refiriendo a Villanueva del Arzobispo, mi pueblo, sus núcleos de población  y todo el entorno geográfico que en principio se circunscribe a las Cuatro villas, el Adelantamiento de Cazorla, El Señorío de Santisteban y los pueblos de la provincia de Jaén que hasta hace pocos años pertenecían a la Encomienda de Segura y /o al Reino de Murcia.









Calle Parras (Hoy Miguel de Cervantes),
en los años 40 y 50  se decía que esta
 calle sería la de "entrada a Villanueva"
porque cuando pasase el tren, sería
el acceso natural al pueblo. A finales de
los 50, aquella ilusión se esfumó.




Villanueva evoluciona como sociedad civil dentro de un entorno geográfico y  natural que constituyen la base de su sustento material, de su economía y de su inspiración natural. Pero Villanueva se desarrolla junto y a la par que otros centros humanos próximos y estos a su vez dentro de otros y así se extiende y se configura una interacción que nos hace dependientes y nos invita a ser solidarios unos con otros. El entorno geográfico  es el  natural, dentro del que debemos escarbar con paciencia y método para poder descubrir los hechos que ocurrieron, por que ocurrieron  y aquellos otros que, pudiendo ocurrir no ocurrieron, para poder hacer más sólidos  los pilares que sustentan  nuestro crecimiento  intelectual y económico.




Interior de la Fuensanta en los años
 40 y 50. Mi profesor de religión
 (Don Julio "Turrón") decía que detrás
del retablo barroco de la Virgen
"seguro que hay azulejos y pinturas
de mucho valor histórico......"







Abordar el trabajo de sacar a flote la historia de nuestras tierras, de establecer el hilo conductor que ponga voz al “silencio de los tiempos primitivos” que reclamaba desvelar Don Antonio Ferreiro, debe ser un reto para Villanueva y su comarca, y este reto debe de tener contestación, sobre todo para que  nuestra juventud conozca objetivamente todo lo relacionado con el pasado de nuestra tierra, sus cosas buenas y malas, sus lagunas, nuestras virtudes y nuestros defectos como pueblo, porque asentándonos sobre la realidad y tomando conciencia de pueblo,  habremos  dado pasos de gigante para abordar un futuro esperanzador e ilusionante para nuestros jóvenes, no solo en el aspecto individual, sino sobre todo en el colectivo.




El Santuario con su explanada en los años 60. El estudio exhaustivo del lugar y sobre todo
de las circunstancias y hechos que concurren en el, puede y debe de dar mucha luz
sobre el pasado de nuestro pueblo y toda la zona geográfica del entorno

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