A mi pueblo:
Villanueva del Arzobispo, que no tiene puerto de mar pero tiene olivares sin par, allí nací y allí me enseñaron que dos y dos son cuatro, que al pan, pan y al vino, vino y que en esta vida hay que ganarse la propia vida.
Villanueva fue mi cuna, allí están enterrados mis padres y dos abuelas además de otros queridos familiares, allí aprendí a mirar hacia arriba, me hablaron de Dios, me contaron y me enseñaron lo que era la honradez , allí mis primeros amigos con los que pasé el umbral de mi niñez a la adolescencia.
Y lo más importante, allí nació mi mujer y allí convivimos desde niños soñando con juguetes y mecederos colgados de los árboles de las Escuelas Nuevas, y después soñando con hacer nuestra propia vida allí donde fuera necesario.
Un día nos casamos y emigramos de nuestro pueblo, pero allí se quedó nuestra infancia, nuestras aventuras, nuestra familia y nuestros primeros años. pero en el equipaje metimos nuestras raíces para llevarlas siempre con nosotros.
Esta poesía es una conversación de Iznatoraf, pueblo situado en lo alto de su cerro, con Villanueva que antes del siglo XIV era llamada "La Moraleja"
Villanueva del Arzobispo, que no tiene puerto de mar pero tiene olivares sin par, allí nací y allí me enseñaron que dos y dos son cuatro, que al pan, pan y al vino, vino y que en esta vida hay que ganarse la propia vida.
Villanueva fue mi cuna, allí están enterrados mis padres y dos abuelas además de otros queridos familiares, allí aprendí a mirar hacia arriba, me hablaron de Dios, me contaron y me enseñaron lo que era la honradez , allí mis primeros amigos con los que pasé el umbral de mi niñez a la adolescencia.
Y lo más importante, allí nació mi mujer y allí convivimos desde niños soñando con juguetes y mecederos colgados de los árboles de las Escuelas Nuevas, y después soñando con hacer nuestra propia vida allí donde fuera necesario.
Un día nos casamos y emigramos de nuestro pueblo, pero allí se quedó nuestra infancia, nuestras aventuras, nuestra familia y nuestros primeros años. pero en el equipaje metimos nuestras raíces para llevarlas siempre con nosotros.
Esta poesía es una conversación de Iznatoraf, pueblo situado en lo alto de su cerro, con Villanueva que antes del siglo XIV era llamada "La Moraleja"
Iznatoraf "monte sagrado de la Historia", padre de Villanueva y visto desde Villanueva |
Villanueva tiene pena
Que no es puerto de mar
Villanueva tiene pena y quiere llorar.
¡No te quejes sin mirar!
Que tú eres reina entre las reinas
Mar de olivares
De aceitunas negras
Aunque nunca veas los mares
A un lado el Guadalquivir
Al otro el Guadalimar
Y al frente me tienes a mí,
El Rey moro, Iznatoraf
Para enseñarte a soñar.
¿Que más quieres para vivir?
¡Tu no necesitas puerto de mar!.
En mi regazo te tengo
Para que quieres más?
Mil olivares y la Fuensanta.
De mocita te enseñé
Como mirar al cielo
A escuchar al ruiseñor que canta
Y a llorar con tu Semana Santa
Más tarde te cedí
Para tu consuelo,
Mis títulos y noblezas
Y aunque no pueda tenerte
Yo,
Permanente gigante
Vigía de la Loma y el Condado
En tiempo ya lejano
A mis pies y de hinojos,
Yo,
Siempre anclado en la eternidad
Me siento orgulloso
Por haberte dado,
Niña de mis ojos,
Señorío y solemnidad
¿Para que quieres más?
¡Tu no necesitas puerto de mar!.
Que no es puerto de mar
Villanueva tiene pena y quiere llorar.
¡No te quejes sin mirar!
Que tú eres reina entre las reinas
Mar de olivares
De aceitunas negras
Aunque nunca veas los mares
No te quejes niña mía
Que no tienes porqué llorarA un lado el Guadalquivir
Al otro el Guadalimar
Y al frente me tienes a mí,
El Rey moro, Iznatoraf
Para enseñarte a soñar.
¿Que más quieres para vivir?
¡Tu no necesitas puerto de mar!.
En mi regazo te tengo
Para que quieres más?
Cuando eras niña te regalé
Un arroyo y una lomaMil olivares y la Fuensanta.
De mocita te enseñé
Como mirar al cielo
A escuchar al ruiseñor que canta
Y a llorar con tu Semana Santa
Más tarde te cedí
Para tu consuelo,
Mis títulos y noblezas
Y aunque no pueda tenerte
Villanueva del Arzobispo vista desde Iznatoraf "Torafe" como le llamamos cariñosamente |
Vigía de la Loma y el Condado
En tiempo ya lejano
A mis pies y de hinojos,
Yo,
Siempre anclado en la eternidad
Me siento orgulloso
Por haberte dado,
Niña de mis ojos,
Señorío y solemnidad
¿Para que quieres más?
¡Tu no necesitas puerto de mar!.
Que bonitoooo....
ResponderEliminarQue bonito Enrique
ResponderEliminarcomo siempre me pones el vello de punta cuando del pueblo hablas
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