UN NUEVO TIEMPO PARA EL CORAZÓN DE LAS CUATRO VILLAS: LA FUENSANTA.
Desde muy pequeño, una de las cosas
que aprendí en Villanueva fue la veneración a la Virgen de la Fuensanta. Nadie
se empeñó en enseñármelo porque, de forma
natural, las gentes de mi pueblo llevaban impregnado en su forma de
vivir, el amor a la Virgen; yo subía con cierta frecuencia a la Fuensanta y era
raro el día que no me encontraba con alguna mujer u hombre del pueblo que,
descalzos, recorrían el camino para postrarse ante su Virgen por cualquier
motivo íntimo, para pedirle o darle gracias.
El amor, el respeto, el fervor de
aquellos paisanos, aquellas caras, de sufrimiento generalmente, de esos
espontáneos penitentes en cualquier día del año, removían los cimientos de mis
entrañas, poniendo dentro de mí, la semilla de aquellas fuertes raíces que ya
no me abandonarían nunca más.
Para todos los Villanovenses la Orden
Trinitaria era la depositaria de ese fervor natural y allí, en el convento
anejo al Santuario iban a parar anhelos, ilusiones, dichas y desdichas en forma
de oraciones, confidencias o confesiones con los Padres que, siempre atentos,
cuidaban del peregrino que a ellos se acercaba.
Es justo decir y publicar a los
cuatro vientos que en el año de 1884, el 28 de Septiembre exactamente, y
gracias a la generosidad de mi paisano
Don Tomás Millán Bueno, la Orden Trinitaria
tomó posesión del convento anejo al Santuario.
Don Tomás, a sus
expensas, construyó el “camino de la Fuensanta” e hizo plantar la alameda a
ambos lados del mismo para que las gentes del pueblo pudiesen subir en condiciones al Santuario; con sus
bienes costeó el terreno y la demolición del viejo convento que en tiempos
pasados fue regentado por Carmelitas y Basilios, levantando uno de nueva
planta para instalar en él y acomodar dignamente a los Padre Trinitarios.
A primeros de Marzo de 1885 las obras estaban terminadas estando
ya muy enfermo Don Tomás que falleció el día 22 de Marzo de ese mismo año sin
poder disfrutar de su obra.
El 13 de abril de 1885 a las 12 de la
noche entraba en el convento de la Fuensanta la primera comunidad formada por
un total de 19 frailes cuyos nombres y cargos relata nuestro paisano Don
Eleuterio Nula Grueso, testigo presencial de aquellos acontecimientos(1).
Las cosas han cambiado mucho en
nuestra sociedad, la religiosidad de otros tiempos ya no es frecuente y la
actitud de aquellos frailes también se ha situado del lado de lo práctico.
La Orden Trinitaria abandona esas
funciones de custodia y de espiritualidad que le llevaron a poseer, vivir y
perdurar durante más de 132 años en
Villanueva, nos dejan pero se quedan con el patrimonio material que les
facilitó el pueblo a través de Don Tomás Millán Bueno. Al margen de otras
consideraciones, moralmente, sentimentalmente y espiritualmente, muchas gentes
de Villanueva y de las cuatro villas me consta que han quedado defraudadas.
La reunión celebrada el día 4 de
Noviembre en las dependencias del convento junto al Santuario, fueron cualquier
cosa menos un diálogo, que es lo que nosotros pretendíamos: dialogar y acercar posturas utilizando como base
la carta firmada por muchos paisanos y que, por cierto, manifestó Don Pedro
Huerta (Padre Provincial y representante de la Orden en la reunión), que la
había recibido pero no la había leído. Dicho Señor, dejó bien claro que no hay
ninguna posibilidad de continuar con la presencia Trinitaria en Villanueva (2) porque es una decisión tomada por el
Capítulo (Asamblea de los religiosos y clérigos regulares Trinitarios para tratar
sus asuntos) y que esas decisiones son irrevocables y que por tanto, según él, “ellos
en su casa hacían lo que consideraban más conveniente”.
Muchas más cosas se podrían decir de
esta reunión pero no merece la pena, es agua pasada sin retorno.
Ahora llega un nuevo tiempo en el que nos toca a los
Villanovenses tomar conciencia de la
nueva situación que se crea y, al igual que los Trinitarios hacen en otras
muchas dependencias de ellos con obras sociales y educativas que, en Villanueva
no se han planteado, tomar la iniciativa, de la misma forma que la tomó en 1884
para apoyar y animar la decisión de Don Tomás, pero ahora para abrir nuevas
expectativas para la Juventud de las Cuatro Villas y o para los cuatro pueblos,
en un nuevo marco de unidad, comprensión y respeto pero siempre bajo el manto
de nuestra patrona que, desde tiempos inmemoriales permanece callada con su
cara de bondad y expectación, esperando que su pueblo haga realidad aquello de
las bodas de Caná: “Haced lo que ÉL os diga” (3) .
Valencia
–Enero de 2017-
(1).- Es conveniente leer el libro “La
Orden Trinitaria en la Diócesis de Jaén” editado por la editorial Minerva en
1900 en Jaén.
(2).- Presencia de los Trinitarios en las
mismas condiciones que lo han venido haciendo ahora.
(3).- “Lo que Él os diga” va más por la Acción
que por la Oración (que también), solo que “A Dios Rogando y con el mazo dando”
y se trata de conseguir entre las Cuatro Villas una gran Obra social a la par
que la Cofradía de la Fuensanta y otras entidades (Obispado por ejemplo) saquen
a la luz pública para su conocimiento y promoción, la historia de nuestras
tierras y del grandísimo Santuario de la Fuensanta, cuna de fe y “corazón de las cuatro villas” como muy
bien dijo nuestro actual Obispo, y todo
al amparo y amor de nuestra Patrona.
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Mi mayor agradecimiento, honor y consideración a tantos Reverendos Padres Trinitarios ya fallecidos,que dejaron huella en la espiritualidad mía personal , en la de mis antepasados y en muchos Villanovenses y vecinos de las Cuatro Villas: !Villanueva, Iznatoraf, Villacarrillo y Sorihuela nunca se olvidarán de vosotros! |
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Panteón de los Padres Trinitarios en el cementerio de Villanueva del Arzobispo |
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