domingo, 10 de septiembre de 2017

Las fiestas de Villanueva del Arzobispo,  mi pueblo - año 2017.

A petición del Ayuntamiento, a través de su actual Alcalde, Don Jorge Martines Romero, redacté este escrito para su publicación en el libro de fiestas de Villanueva, del año 2017:

El milagro de la Fuensanta y la frontera entre lo demostrable y lo indemostrable.

Desde muy pequeño me fascinó el cuadro del milagro de la Virgen de la Fuensanta que, con su colorido y  gran expresividad, estimulaba mi imaginación situándome en un mundo de aventuras sin fin, que me provocaba una gran  satisfacción por el fracaso del malvado rey Alí-menón, y por  la curación de la reina buena, su esposa, gracias a la intervención de la Virgen.
Detalle del cuadro del Milagro  que aparece
 junto a la Fuente Santa


El hecho de que todo aquello hubiese ocurrido en ese mismo sitio que yo pisaba, al  lado de esa misma fuente, allí, frente a Iznatoraf  y en mi propio pueblo, me producía una  añadida satisfacción de orgullo.

De forma inconsciente pero real me sentí identificado con mi  pueblo, me daba cuenta de que yo era un eslabón más y me bauticé a mí mismo como hijo de Villanueva. Este sentimiento que, seguro que todos los Villanovenses, de una u otra manera,  lo han vivido alguna vez, no era el fruto de una ilusión ni de una devoción, sino que más bien brota del alma cuando se funde e identifica con la de nuestra querida tierra utilizando como hilo conductor el suceso de la Fuensanta, milagro, hecho histórico o leyenda, para poner ante nuestros ojos que Villanueva es una realidad con más luces que sombras a la que hay que querer, cuidar y mimar con nuestra entrega, cada uno desde su puesto en la vida y según su entender.
Cuando crecí un poco más y entré en la edad del “pavo intelectual, se fue instalando dentro de mí una sensación de incredulidad hacia todo aquello que rápidamente degeneró en escepticismo hacia aquel “cuento  para niños”, dada la dificultad para probar documentalmente los hechos relatados en el milagro.


Las "Escuelas nuevas", casa donde nací yo, construidas
en la época de la República siendo Ministro de Instrucción
 Pública y Bellas Artes,
Don  Fernando de Los Rios (1931-1933)
Pronto deje de vivir en Villanueva, pero nunca de volver, realizando  siempre  una visita rutinaria  a la Fuensanta. En una de esas visitas, ya no estaba el cuadro que alimentó mis fantasías allí en la Fuente Santa. Además, el descuido  y  sensación de abandono de aquel lugar era patente. Aquel estado en que se encontraba el manantial me hizo sentir mal, algo mío faltaba, y me invadió un sentimiento de culpabilidad, pensando que mi “escepticismo de falso intelectual modernista” y el de otras personas como yo, había propiciado un ambiente demoledor que favoreció  aquel lamentable estado de abandono.

 Ese día aprendí de forma “no demostrable” el valor de aquella Fuente, de aquel Milagro que, fuese demostrable o no, sostenía con vigorosidad mis propias raíces aún a pesar de mi “demostrable” indiferencia, al comprender y valorar la importancia de cada  día 8 de los Septiembres de mis  años jóvenes, cuando veía como muchas mujeres y hombres subían descalzos por la cuesta para cumplir una promesa o pedir por algún ser querido, cuando en medio del polvo y el sudor bajo un sol riguroso se daban vivas a la Virgen, o cuando yo mirando su cara, al  tropezarme con su serena  mirada sentía como  un gusanillo me roía por dentro llegando al corazón después de atravesar  mi conciencia.
Nuestra Patrona: Santa María de Chincoya y de Las
Cuatro Villas: LA VIRGEN DE LA FUENSANTA

Ahora , cuando la vida se empieza a ver  dentro de la alargada sombra que el árbol de los años proyecta  sobre uno mismo, pienso que la frontera entre lo demostrable y lo indemostrable la marca cada uno con sus creencias, sus íntimas convicciones  y su personal  valoración de la vida.

El milagro de nuestra Virgen nace del fervor popular, y se transmite de generación en generación, condensando una parte de la historia de nuestros antepasados. El valor real del milagro reside en la propia interpretación personal, y Villanueva en su conjunto ha apostado desde siempre por su Virgen de la Fuensanta; tratar de infravalorar esta convicción  en nuestro pueblo sería malo para él, minimizar nuestro milagro, es como eliminar los cuentos de la fantasía de nuestros niños, cortar las alas a la imaginación  o desconectar el frágil hilo conductor que une el mundo de lo desconocido con la realidad más alta y sublime del ser humano.

Villanueva del Arzobispo visto desde Iznatoraf


La Fuensanta encarna tradición, valores y sentimientos, la Fuensanta está en el corazón de cada Villanovense y cada uno de nosotros debería de cuidar que esa llama perdure en su corazón, residencia de la verdadera realidad del milagro.

La sabiduría de nuestro pueblo ha estado siempre en la unión  entre el “hecho demostrable” de que existimos, con el “hecho indemostrable “de la existencia o no de otra vida, unida o no, a la creencia en Dios.


No nos empeñemos en tratar de desmantelar nuestra propia idiosincrasia anclando nuestro pasado y nuestro futuro a una ridícula “falta de documentos que acrediten los hechos”, no queramos quitar sal a la vida y disfrutemos de esas fiestas 2017 que ya están a la vista, subiendo a nuestra Fuensanta, unos con religiosidad, otros con curiosidad pero todos con alegría y profundos sentimientos, para tomar conciencia de nosotros mismos y convertir estos días en un encuentro de voluntades al servicio de todos, ¡que  todos somos Villanueva!.

Enrique López Gámiz

Fiestas de Villanueva del Arzobispo 2017


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