miércoles, 18 de enero de 2017

UN NUEVO TIEMPO PARA EL CORAZÓN DE LAS CUATRO VILLAS: LA FUENSANTA.



Desde muy pequeño, una de las cosas que aprendí en Villanueva fue la veneración a la Virgen de la Fuensanta. Nadie se empeñó en enseñármelo porque, de forma  natural, las gentes de mi pueblo llevaban impregnado en su forma de vivir, el amor a la Virgen; yo subía con cierta frecuencia a la Fuensanta y era raro el día que no me encontraba con alguna mujer u hombre del pueblo que, descalzos, recorrían el camino para postrarse ante su Virgen por cualquier motivo íntimo, para pedirle o darle gracias.

El amor, el respeto, el fervor de aquellos paisanos, aquellas caras, de sufrimiento generalmente, de esos espontáneos penitentes en cualquier día del año, removían los cimientos de mis entrañas, poniendo dentro de mí, la semilla de aquellas fuertes raíces que ya no me abandonarían nunca más.

Para todos los Villanovenses la Orden Trinitaria era la depositaria de ese fervor natural y allí, en el convento anejo al Santuario iban a parar anhelos, ilusiones, dichas y desdichas en forma de oraciones, confidencias o confesiones con los Padres que, siempre atentos, cuidaban del peregrino que a ellos se acercaba.

Es justo decir y publicar a los cuatro vientos que en el año de 1884, el 28 de Septiembre  exactamente, y gracias a la generosidad de  mi paisano Don Tomás Millán Bueno, la Orden Trinitaria  tomó posesión del convento anejo al Santuario.
Don Tomás, a sus expensas, construyó el “camino de la Fuensanta” e hizo plantar la alameda a ambos lados del mismo para que las gentes del pueblo pudiesen subir  en condiciones al Santuario; con sus bienes costeó el terreno y la demolición del viejo convento que en tiempos pasados fue regentado por Carmelitas y Basilios, levantando uno de nueva planta para instalar en él y acomodar dignamente a los Padre Trinitarios.

A primeros de Marzo  de 1885 las obras estaban terminadas estando ya muy enfermo Don Tomás que falleció el día 22 de Marzo de ese mismo año sin poder disfrutar de su obra.  
El 13 de abril de 1885 a las 12 de la noche entraba en el convento de la Fuensanta la primera comunidad formada por un total de 19 frailes cuyos nombres y cargos relata nuestro paisano Don Eleuterio Nula Grueso, testigo presencial de aquellos acontecimientos(1).

Las cosas han cambiado mucho en nuestra sociedad, la religiosidad de otros tiempos ya no es frecuente y la actitud de aquellos frailes también se ha situado del lado de lo práctico.

La Orden Trinitaria abandona esas funciones de custodia y de espiritualidad que le llevaron a poseer, vivir y perdurar  durante más de 132 años en Villanueva, nos dejan pero se quedan con el patrimonio material que les facilitó el pueblo a través de Don Tomás Millán Bueno. Al margen de otras consideraciones, moralmente, sentimentalmente y espiritualmente, muchas gentes de Villanueva y de las cuatro villas me consta que  han quedado defraudadas.


La reunión celebrada el día 4 de Noviembre en las dependencias del convento junto al Santuario, fueron cualquier cosa menos un diálogo, que es lo que nosotros pretendíamos: dialogar y acercar posturas utilizando como base la carta firmada por muchos paisanos y que, por cierto, manifestó Don Pedro Huerta (Padre Provincial y representante de la Orden en la reunión), que la había recibido pero no la había leído. Dicho Señor, dejó bien claro que no hay ninguna posibilidad de continuar con la presencia Trinitaria en Villanueva (2) porque es una decisión tomada por el Capítulo (Asamblea de los religiosos y clérigos regulares Trinitarios para tratar sus asuntos) y que esas decisiones son irrevocables y que por tanto, según él, “ellos en su casa hacían lo que consideraban más conveniente”.
Muchas más cosas se podrían decir de esta reunión pero no merece la pena, es agua pasada sin retorno.

Ahora llega un nuevo tiempo en el que  nos toca a los Villanovenses  tomar conciencia de la nueva situación que se crea y, al igual que los Trinitarios hacen en otras muchas dependencias de ellos con obras sociales y educativas que, en Villanueva no se han planteado, tomar la iniciativa, de la misma forma que la tomó en 1884 para apoyar y animar la decisión de Don Tomás, pero ahora para abrir nuevas expectativas para la Juventud de las Cuatro Villas y o para los cuatro pueblos, en un nuevo marco de unidad, comprensión y respeto pero siempre bajo el manto de nuestra patrona que, desde tiempos inmemoriales permanece callada con su cara de bondad y expectación, esperando que su pueblo haga realidad aquello de las bodas de Caná: “Haced lo que ÉL os diga” (3) .
                                                                                              Valencia –Enero de 2017-

(1).- Es conveniente leer el libro “La Orden Trinitaria en la Diócesis de Jaén” editado por la editorial Minerva en 1900 en Jaén.
(2).- Presencia de los Trinitarios en las mismas condiciones que lo han venido haciendo ahora.

(3).-Lo que Él os diga” va más por la Acción que por la Oración (que también), solo que “A Dios Rogando y con el mazo dando” y se trata de conseguir entre las Cuatro Villas una gran Obra social a la par que la Cofradía de la Fuensanta y otras entidades (Obispado por ejemplo) saquen a la luz pública para su conocimiento y promoción, la historia de nuestras tierras y del grandísimo Santuario de la Fuensanta, cuna de fe y “corazón de las cuatro villas” como muy bien dijo nuestro actual Obispo, y  todo al amparo y amor de nuestra Patrona.


Mi mayor agradecimiento, honor y consideración  a tantos Reverendos Padres Trinitarios ya fallecidos,que dejaron huella en la espiritualidad mía personal , en la de  mis antepasados y en muchos  Villanovenses y vecinos de las Cuatro Villas: !Villanueva, Iznatoraf, Villacarrillo y Sorihuela  nunca se olvidarán de vosotros!



Panteón de los Padres Trinitarios en el cementerio de Villanueva del Arzobispo


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