viernes, 9 de marzo de 2018

Reflexiones sobre Chincoya a través de la tradición y la historia


Reflexiones  sobre  Chincoya a través de la tradición y la historia

Mis padres se llamaban Eusebia y Ricardo  , andaluces de Granada y Almería   respectivamente.En la década de los años 30 del siglo pasado, se  casaron y eligieron destino común en unas escuelas vacantes en un pueblo lejano de la provincia de Jaén que no tenía ferrocarril aunque les habían informado que no tardaría mucho en tenerlo (aún estaba en construcción) y al que se tardaba en llegar casi un día desde Granada.



Gracias a la profesión de mis padres, gracias a las dos plazas libres existentes en Villanueva  para ejercer de maestros, gracias a que el ferrocarril (símbolo del progreso entonces) era una cosa inminente   en ese pueblo y…. gracias a Dios en definitiva, yo tuve el privilegio de nacer en Villanueva del Arzobispo.



El viaducto sobre el que pasaría el tren.... !ilusión de
 mis padres!.arriba en fase de construcción (años 20).
abajo,estado actual.
!Nunca sobre sus lomos pasó tren alguno!
Nací  el mismo año en el que el racionamiento estaba en todo su furor, Manolete toreó en nuestra plaza de toros, se introdujo el gasógeno como combustible en España, y además, para que no falte la guinda, se produjo el primer atentado contra Hitler. En ese año me parió mi madre en la calle de Repullete Nº 17 (ahora calle del maestro Ricardo López- mi padre-), donde estaba el ya desaparecido Grupo Escolar Mercedes.



Gracias madre (Doña Eusebia te decían).

Mi abuela nació en 1876 y mis nietos abandonaran este mundo  antes del 2110, es decir que  cada persona puede “transportar” hechos ocurridos y contados de viva voz en un intervalo de tiempo de 200 años aproximadamente.

 Mi abuela no me dio nada por escrito ni yo he utilizado la escritura para contar las cosas a mis  hijos y nietos; esa forma de transmitir hechos y conocimientos se usa a diario y es el vehículo natural en el que viaja la cultura y el lecho donde se forja y se consolida la solera de un pueblo. 

Las "Escuelas Nuevas" edificio construido por el gobierno
de la  República a comienzos de los años 30.
En  la vivienda para maestros nací yo.
La transmisión de hechos puede sufrir de exageraciones o al contrario pueden minimizarse, pero cuando las mismas cosas son contadas por diferentes personas a diferentes descendientes, se crea un entramado de información de donde, la sabiduría popular, sabe separar el grano de la paja  para  extraer la esencia de lo que atañe a la propia comunidad.

Actualmente corre entre la legión de aficionados a la historia ( no así entre los verdaderos historiadores ni entre los aficionados rigurosos), una corriente de desprestigio mezclado con una pizca de  burla disfrazada de ironía,  hacia ¿casi todo? lo que se basa en la tradición, de tal forma que el conocimiento transmitido de forma natural  y sedimentado por el sentido común de la gente pasa a constituir una fuente de información más que dudosa, casi sospechosa de intento de manipulación o de ansias de protagonismo o de intentar "arrimar el ascua a la sardina" ¡o de que se yo! . 

Para mí, lo fundamental es la noticia, de tal forma que una información que se propaga de boca en boca y que la puedes percibir por diversas bocas coincidiendo en lo esencial, la doy por buena mientras no se demuestre lo contrario.

En mi casa de Villanueva mis padres trabajaban como maestros. Como consecuencia, siempre teníamos  una mujer de se encargaba de las tareas domésticas y que era como de la familia.

 Me acuerdo de Pepa, alta fuerte y de hablar algo tosco (a mi infantil entender) porque usaba palabras para mi desconocidas tales como hogaño, oraje, cucha, por bíchale, tirao  etc., Pepa me contaba que ella era de unos cortijos que estaban en Chincoya y que en ese lugar hace mucho tiempo había un castillo donde había muchas cuevas subterráneas y precipicios muy grandes por donde nadie podía subir porque eran secretos y te podían matar; también me contó que en ese castillo antes estaba la Virgen de la Fuensanta y que  una vez llegaron los moros para llevársela pero no pudieron hacerlo. 

Esta información también me llegó a través de María la Serrana  complementada por algunos detalles de la retirada de los moros que fue precedida por una gran tormenta, y más delante de boca de Doña Nieves (profesora de literatura en el colegio de Villanueva) pero ya conectando esos hechos con la Cantiga de Alfonso X el Sabio y dando por supuesto que el suceso de Chincoya ocurrió en nuestra Chincoya. 

Hace poco tiempo, después de transcurrida mi vida profesional, a través de los contactos en Facebook, recibí de personas diferentes  de Villanueva pero muy relacionadas con Chincoya, relatos asombrosos de hechos ocurridos en la zona de las murallas (así se le conoce hoy en día al castillo) y en sus inmediaciones (cementerio árabe), galerías subterráneas interiores debajo del castillo etc. Básicamente coinciden con lo que me contaba Pepa.



Al estudiar los fundamentos en que se basan las fuentes que  afirman que los sucesos de Chincoya ocurrieron en las cercanías de Bélmez de la Moraleda, no he conseguido leer nada que aporte prueba alguna, si se hacen hipótesis sobre la vegetación que rodea al castillo que dicen que se parece a la que existe por la zona de Bélmez, de que había que atravesar un rio y que ese era el Jandulilla, que si porque el  Alcaide Bélmez y el de Chincoya eran amigos, tenían que ser “necesariamente vecinos”… y cosas así.
Todas esas “pruebas” y otras se pueden establecer con el mismo o más rigor para ubicar el suceso en Chincoya que tiene no uno sino tres ríos con posibilidad de vadearlos (Guadalquivir, Chincoya y Chillar) , una vegetación muy similar a la que aparece en la miniatura, un nombre que es común a todo un espacio natural , poblado, castillo, arroyo etc.. , yacimientos de oro (del que tan necesitado estaba Aben Al Hamar para construir su Alhambra en Granada), fue además  depositaria durante dos siglos  que incluían la posible fecha del suceso (1260-1270), de la imagen de Santa María de Iznatorafe ( que después se le llamaría de la Fuensanta), la zona además de fronteriza en aquellos años era especialmente importante para el Rey Nazarí porque había planes por parte de los reinos de Granada y Murcia  para reconquistar el recién creado Reino de Jaén o parte del mismo y por tanto había que conocer las posibilidades de ataque y defensa etc etc.

Es decir, el contexto geopolítico de la zona de Chincoya en aquellos años  era tal, que aporta criterios lógicos para poder establecer hipótesis sostenibles y lógicas para ubicar los sucesos de Chincoya (nombre por cierto utilizado en la Cantiga para denominar el lugar), en la  Chincoya de Villanueva del Arzobispo (aunque el Catillo está en el término de Sorihuela).

Mientras que no existan pruebas y evidencias que desbaraten nuestra  tradición sobre Chincoya y que, al menos aporten indicios serios y razonables en favor de otro lugar, Villanueva debería de ser  la depositaria, junto con las cuatro villas, de La Fuensanta, del lugar de Chincoya y de una tradición oral que, en su esencia coincide con la narración que el gran Rey Alfonso X el Sabio hace del milagro de Chincoya.



Yo me siento orgulloso de ser de Villanueva y de tener tan cerca un lugar tan especial, emblemático y maravilloso como Chincoya y sus parajes y , aún más, por ser esta tierra la elegida para que dos Reyes del más alto nivel histórico: Alfonso X de Castilla conocido como El Sabio y  Aben Alhamar, genio militar y político, fundador de la dinastía de los Nazaríes de Granada, fuesen protagonistas indirectos de un suceso tan seductor como el fallido intento de conquista de Chincoya y la gloriosa defensa que allí operó la Virgen de los Cristianos llamada de la Fuente-Santa.
Los movimientos culturales tan florecientes hoy en Villanueva, son los llamados a desempolvar este asunto y darle a nuestro pueblo y con él a las Cuatro Villas y al Adelantamiento de Cazorla, el protagonismo que les corresponde y con ello aportar una componente histórico- cultural de altura como complemento del maravilloso parque Natural que nos rodea ( en cuyo seno se ubica parte de Chincoya) que sirva para revitalizar aún más la dinámica de nuestra tierra y ayudar a conseguir un mejor futuro.



                                                                                                             Enrique López Gámiz  Valencia Marzo de 2018

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