Una versión del Milagro
de la Fuensanta basada en la tradición oral y escrita a finales del siglo XVI…..¿Por
Cervantes?
Intentemos situarnos en el año de
1589, solo habían pasado 18 años de la batalla de Lepanto donde la Liga Santa
capitaneada por Don Juan de Austria derrotó al imperio Turco. Sin embargo la euforia de aquella impresionante victoria
ya se iba disipando porque los Otomanos, a pesar de su derrota, seguían su penetración creando por todo el Mediterráneo
la intranquilidad y la preocupación.
El horizonte se oscurecía para
los casi 8 millones de españoles porque además había noticias de que la muerte,
de la mano de la peste, ya estaba en los
condados catalanes y como siempre, pronto amenazaría a todo el Reino. Más del
70% eran analfabetos, los impuestos sobre el grano, el aceite o el ganado acosaban
al 90% de la población (el resto eran clérigos o nobles) y por si fuese poco, la
“Santa” inquisición causaba estragos, cuando menos, en la moral de nuestros
antepasados.
En ese ambiente tanto rural como
ciudadano, el tiempo de ocio era muy limitado pero no por eso dejaba de ser más
que necesario. Prácticamente todas las fiestas y celebraciones populares
estaban íntimamente relacionadas con lo picaresco o lo religioso y en este
caso, muy especialmente con la Virgen María, por lo que el pueblo llano era muy
receptivo a noticias, milagros o leyendas, que se relacionasen con la Virgen y,
mucho más aún, si la noticia, milagro o leyenda ¡que más daba!, conseguía, al mismo
tiempo, restituir el orgullo colectivo en las gentes…
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Había un buen hombre llamado Escudero de
Cobeña, natural de la Alcarria, concretamente de Almonacid de Zorita que vivió
entre los años 1525 y 1595 y que gozaba de un espíritu investigador muy profundo,
tanto, que le impulsó a realizar una obra en la que se propuso recopilar los
hechos más famosos e importantes acaecidos en el mundo entonces conocido y
llamado como “Toda la Cristiandad”.
Don Matías (que así se llamaba
nuestro personaje), no había pasado por Universidad alguna pero había acumulado
una cultura sólida con su esfuerzo personal y además gozaba del privilegio de
una aceptable situación económica que le permitía utilizar su tiempo en favor
de los demás. Tanto indagó, investigó y seleccionó, que escribió un libro
manuscrito llamado “Relación de casos notables que han sucedido en diversas partes de la
cristiandad” donde refiere los
que a su juicio eran los más destacados , nada menos que 924 que selecciona
como los más impresionantes ocurridos a lo largo de la historia hasta el siglo
XVI.
Pues bien, el relato número 912 de su crónica
se titula “De un milagro que nuestra Señora
la Virgen María hizo, por do se convirtió un rey y reina moros a la Santa Fe
católica. Año 1589”. Y lo comienza diciendo que han llegado unas
cartas a Valencia con relaciones de un milagro que la Virgen María ha hecho
en el reino de Torafe “que es en la parte de Oriente” y para devoción de
los fieles, dicho milagro se ha impreso en Valencia (dicha impresión la realiza,
versificada, el Doctor Martínez de Valencia en 1589 y posteriormente se imprimiría en Alcalá de
Henares por Hernán Ramírez y en Barcelona por Pedro Malo. Estas ediciones no se conservan pero si su texto gracias a Don
Matías que en su manuscrito da testimonio de su existencia y del éxito que
tuvieron entre el gran público.
“Un rico Rey Moro de Torafe, reino situado al
oriente, que estaba en guerra con un Rey cristiano, llega a la costa de sus
enemigos, donde se le informa de la existencia cerca de allí, de un convento de
monjas.
Muerta
la cristiana, el Rey intenta inútilmente que
su mujer vuelva a adorar a Mahoma. En consecuencia ordena cortarle las
manos y los pies, sacarle los ojos y llevar el resto de su cuerpo a un monte
cercano para que se lo coman los animales, cosa que nunca llega a suceder. La Reina
que además está preñada, llama con fe a la Virgen María que viene a socorrerla
y le ordena meter brazos y piernas en una fuente cercana y lavarse el rostro
recuperando así los ojos y la vista.
El
Rey moro al ver el milagro se convierte y envía una embajada al Rey cristiano
para que venga un obispo a su reino para
bautizar y enseñar la fe católica a los moros. El Rey moro, ahora llamado
Pedro, manda construir un monasterio junto a la fuente del milagro, en honor de
la virgen María, a la que le dedica una imagen de oro. Desde entonces se
multiplicarán los milagros dando gracias a Dios por todo ello.”
Como se puede apreciar, el texto
del milagro es sustancialmente el mismo que el que ya en el año 1634 publicó
Rus Puerta y, en 1669 el Licenciado Fernando Escudero de la Torre, siendo este el que ha llegado a nosotros, por cierto de forma oral, a la gran mayoría de la gente.
Todo esto indica que el relato expuesto proviene
de algún relato anterior a todos estos, o lo que es más probable, a uno
realizado por alguien interesado por estos temas y que fue capaz de plasmar el
relato tradicional que todos conocemos, en documento escrito después de haberlo escuchado de viva voz.
¿Pero quién pudo ser ese
personaje capaz de componer el relato incorporando hechos y situaciones tan
diversas sin desvirtuar el fondo pero al mismo tiempo con ese sentido de la
oportunidad que lo hacía conectar perfectamente con lo que el pueblo quería
escuchar?....
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Me aventuro a intuir (no afirmo)
que pudo ser Cervantes:
Miguel de Cervantes conocía bien
el “Oriente”, desde Lepanto pasa cuatro años por Sicilia, Nápoles y el
norte de África hasta que ya volviendo a casa es apresado por los corsarios y encarcelado
en Argel donde cumple cautiverio durante
cinco años siendo durante un tiempo esclavo del Rey de Argel Alí –Mamí hasta 1580
año en que regresó a España por Valencia.
Conocía bien que el rezo del rosario,
desde la batalla de Lepanto se había popularizado extraordinariamente sobre
todo desde que el papa Gregorio XIII cambió su fiesta al 7 de Octubre (día de
la batalla).
Por otro lado, Cervantes trabajó
en Andalucía entre 1585 y 1592 como
Comisario real de Abastos, y conocía Iznatoraf, a donde tuvo que desplazarse en
ocasiones por ser cabeza de comarca para
la recaudación de impuestos**.
Sería de lo más normal que
conociese la historia del milagro por boca de las gentes de nuestra tierra y más concretamente en Iznatoraf y Villanueva,
donde tendría ocasión de ver la imagen de la Virgen y las pinturas que
informaban del milagro.
No sería nada extraño que la información
recibida la adecuase, dadas sus excepcionales cualidades literarias, a las
exigencias del momento y escribiese el relato “vendible” con la consiguiente
divulgación a través de sus contactos en
Valencia donde precisamente la industria
de la imprenta era muy floreciente por aquellos años y pudo enviarlas al Doctor
Martínez para su impresión y divulgación..
No obstante, y sea o no Cervantes el autor de
la narración, lo importante a mi juicio es que se puede constatar que la
popularidad y capacidad de convocatoria de la Virgen de la Fuensanta tiene una
dimensión histórica que hunde sus raíces muchos años atrás y que aún está por
explorar. Merece la pena estudiar e investigar en beneficio del futuro de nuestras
tierras y por supuesto, de nuestro pueblo… Villanueva.
Enrique
López Gámiz- Valencia Septiembre de 2018
Bibliografía:
Historia
de España- Tomo IV el Imperio-Club Internacional del Libro Capítulo IX pg 412
*“Sucesos extraordinarios en torno a Infieles
y Cristianos en la segunda mitad del siglo XVI: Escudero de Cobeña y el
registro bibliográfico de la memoria popular”
de R. Consuelo García – Universidad de Valladolid-
**Pedro
Javier Rivas, cronista oficial de Iznatoraf - El País- 27 de Junio de 2001
Un
documento inédito sobre el cautiverio de Cervantes- Krzysztof Sliwa-
Universidad de Menfis- publicado por el
Csic
Está muy bien documentado, y como bien dices todo es posible y más si pensamos que poca gente sabía escribir en aquellos tiempos.
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