A petición del Ayuntamiento, a través de su actual Alcalde, Don Jorge Martines Romero, redacté este escrito para su publicación en el libro de fiestas de Villanueva, del año 2017:
El milagro de la Fuensanta y la frontera entre lo demostrable y lo indemostrable.
Detalle del cuadro del Milagro que aparece junto a la Fuente Santa |
El hecho de
que todo aquello hubiese ocurrido en ese mismo sitio que yo pisaba, al lado de esa misma fuente, allí, frente a
Iznatoraf y en mi propio pueblo, me
producía una añadida satisfacción de
orgullo.
De forma
inconsciente pero real me sentí identificado con mi pueblo, me daba cuenta de que yo era un
eslabón más y me bauticé a mí mismo como hijo de Villanueva. Este sentimiento que, seguro que todos
los Villanovenses, de una u otra manera,
lo han vivido alguna vez, no era el fruto de una ilusión ni de una
devoción, sino que más bien brota del alma cuando se funde e identifica con la
de nuestra querida tierra utilizando como hilo conductor el suceso de la
Fuensanta, milagro, hecho histórico o leyenda, para poner ante nuestros ojos
que Villanueva es una realidad con más luces que sombras a la que hay que
querer, cuidar y mimar con nuestra entrega, cada uno desde su puesto en la vida
y según su entender.
Cuando crecí
un poco más y entré en la edad del “pavo intelectual, se fue instalando dentro
de mí una sensación de incredulidad hacia todo aquello que rápidamente
degeneró en escepticismo hacia aquel “cuento
para niños”, dada la dificultad para probar documentalmente los hechos
relatados en el milagro.
Las "Escuelas nuevas", casa donde nací yo, construidas en la época de la República siendo Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, Don Fernando de Los Rios (1931-1933) |
Ese
día aprendí de forma “no demostrable” el valor de aquella Fuente, de aquel
Milagro que, fuese demostrable o no, sostenía con vigorosidad mis propias
raíces aún a pesar de mi “demostrable” indiferencia, al comprender y
valorar la importancia de cada día 8 de
los Septiembres de mis años jóvenes,
cuando veía como muchas mujeres y hombres subían descalzos por la cuesta para
cumplir una promesa o pedir por algún ser querido, cuando en medio del polvo y
el sudor bajo un sol riguroso se daban vivas a la Virgen, o cuando yo mirando
su cara, al tropezarme con su
serena mirada sentía como un gusanillo me roía por dentro llegando al
corazón después de atravesar mi
conciencia.
Nuestra Patrona: Santa María de Chincoya y de Las Cuatro Villas: LA VIRGEN DE LA FUENSANTA |
Ahora , cuando
la vida se empieza a ver dentro de la
alargada sombra que el árbol de los años proyecta sobre uno mismo, pienso que la frontera
entre lo demostrable y lo indemostrable la marca cada uno con sus creencias,
sus íntimas convicciones y su personal valoración de la vida.
El milagro de
nuestra Virgen nace del fervor popular, y se transmite de generación en
generación, condensando una parte de la historia de nuestros antepasados. El valor
real del milagro reside en la propia interpretación personal, y Villanueva en
su conjunto ha apostado desde siempre por su Virgen de la Fuensanta; tratar de
infravalorar esta convicción en nuestro
pueblo sería malo para él, minimizar nuestro milagro, es como eliminar los
cuentos de la fantasía de nuestros niños, cortar las alas a la imaginación o desconectar el frágil hilo conductor que
une el mundo de lo desconocido con la realidad más alta y sublime del ser
humano.
Villanueva del Arzobispo visto desde Iznatoraf |
La Fuensanta encarna tradición, valores y sentimientos, la Fuensanta está en el corazón de cada Villanovense y cada uno de nosotros debería de cuidar que esa llama perdure en su corazón, residencia de la verdadera realidad del milagro.
La sabiduría
de nuestro pueblo ha estado siempre en la unión
entre el “hecho demostrable” de que existimos, con el “hecho
indemostrable “de la existencia o no de otra vida, unida o no, a la creencia en
Dios.
No nos empeñemos en tratar de desmantelar nuestra propia idiosincrasia anclando nuestro pasado y nuestro futuro a una ridícula “falta de documentos que acrediten los hechos”, no queramos quitar sal a la vida y disfrutemos de esas fiestas 2017 que ya están a la vista, subiendo a nuestra Fuensanta, unos con religiosidad, otros con curiosidad pero todos con alegría y profundos sentimientos, para tomar conciencia de nosotros mismos y convertir estos días en un encuentro de voluntades al servicio de todos, ¡que todos somos Villanueva!.
Enrique López Gámiz
Fiestas de Villanueva del Arzobispo 2017
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